POEMAS PRESENTADOS A CONCURSO Y NO FINALISTAS. ESTOY AGRADECIDA A LA WEB QUE ME LEYÓ. UN HONOR HABER PARTICIPADO. EL DINERO NO ME IMPORTÓ NUNCA, SOLO HE QUERIDO QUE ME LEAN.
BULLE LA TIERRA EN LOS ATARDECERES GNÓSTICOS DEL ALMA MÍA.
¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué?
Trapos sucios, desenfreno, amor heterónomo, aspirina efervescente.
Bulle la Tierra ¡y cómo tú! como un asceta me hablas de amor,
de modo cáustico, aterciopelado, blando el espíritu, cariño desangelado…
Muchas noches etéreas, vil y vaporoso flexo, abrazos instigadores, estando yo velando mi celo, lees una misiva de tu novedosa amiga.
Santo, ebrio, santo de todos los santos…
en la decrepitud vitalista espera el camposanto.
Frenesí, bulle la Tierra.
Mi Tierra, que bulle, suplica en la vereda «que vengan plañideras a asperger la selva emocional tras los recuerdos macilentos».
Bulle, bulle, huye.
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Sus meninges le gritan al Cielo azul.
OTRO POEMA QUE ENTRÓ EN CONCURSO:
MI HÉROE DON LITERATURA Y SU ECLECTICISMO
Eres mi dulce acicate, entroncando con mi historiografía. A un lado, la grafía, en otro, posible dislate.
Por mi pena sobrevenida, recondúceme la contradicción, siendo madre cautiva y valiente en la ficción.
Desde el templo de la hermenéutica al útil cientifismo, llévame contigo siempre, embebiendo del sincretismo.
Eres original patria, la apátrida invención, de aquél quien no te oye ni siente pero es leído a ulterior.
Siempre, siempre, siempre, serás ese héroe intestino, de luchas interiores, el prota, personaje noble gnoseológicamente hablando.
Te querré en poesía, en lírica y en teatro. Reina en mi prefectura de libros, señor don Literatura.
Y ESTE OTRO POEMA TAMBIEN CONCURSÓ.
DULCE HOMEOSTASIS
Los astros y la Luna lo saben. Saben que un día fuiste la amazona de un equino supuestamente intrépido, que el Realismo Mágico y los cronopios, así como el polisón de nardos y un Kant reconocido, envolvieron mi mente en pro de un bien consabido: la libertad de quien se cree rebelde en un mar embravecido. Llueva, truene o nieve, la naturaleza muerta de un mundo indemne, me envolverá hasta que el fuego me queme. Querida homeostasis, siempre vuelves
Micros y Poemas de Marisa Domenech 